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Nuestra Historia

La congregación se origina en una unión piadosa de tres jóvenes devotos a la Inmaculada, fundada en Génova en 1861 por el sacerdote Giuseppe Frassinetti (18041868), prior de Santa Sabina: los miembros de la fraternidad, después de una peregrinación al santuario de la Madonatta, el 14 de enero de 1866 comenzó a llevar una vida común y acogió en su casa de los jóvenes aspirantes al sacerdocio sin los medios económicos para mantener sus estudios.

La fraternidad recibió un nuevo impulso de la dirección de Antonio Piccardo, sucesor de Frassinetti, y los Hijos de Santa María Inmaculada Concepción se constituyeron en congregación sólo el 8 de diciembre de 1903.[2]

El instituto, de la derecha pontifical del 21 de mayo de 1904, recibió la aprobación final de la Santa Sede el 4 de junio de 1910 y sus constituciones el 17 de mayo de 1931.[2]

La Obra en América Latina

En 1926 el Capítulo general de la Congregación decidió abrir la acción pastoral también a parroquias, y extender las obras a otros países fuera de Italia, como casi-misiones.
El P. Tomás Bertolotto, primero elegido para iniciar la tarea, viajó a Buenos Aires, desembarcando el 22 de octubre 1927.
Ya en tierra argentina, el P. Bertolotto tomó contacto con el Arzobispo de La Plata, que lo envió a General O´ Brien, Partido de Bragado, a unos 300 Km. de Buenos Aires. Al año siguiente llega la ayuda del P. Lino Ferrari, quien luego sería Superior General entre 1949 y 1965.

Pasaron los años y en 1985, completadas las obras y dejando en el atrio del Templo los restos mortales del P. Santiago Ghio párroco durante muchísimos años, la Congregación entregó esa Parroquia a la Diócesis de Mercedes.
Fue en 1929, cuando también el P. Tomás Bertolotto iniciaba con el Oratorio S. Felipe Neri en Buenos Aires, barrio de Mataderos, la futura parroquia e Instituto S. Felipe Neri.
En 1939- 1940 en Avellaneda tiene inicio la futura Parroquia y Centro Educativo Loreto.
En esa misma época en Luis Guillón se inicia la futura Parroquia y Centro Educativo de La Anunciación.
Con los problemas derivados de la comunicación con Italia durante la segunda guerra mundial, se instituyó una Delegación que más tarde agregó a las casas de Chile como Delegación de América Latina y hoy es Delegación de Argentina y Chile, dejando México a la dependencia directa de Roma.
La Congregación hoy está presente también en Filipinas y en Polonia; de esas naciones así como de las naciones de América provienen ya numerosos religiosos cuya formación generalmente se confía a nuestro Seminario Internacional de Porto, en los alrededores de Roma.

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