365 Con los Santos 09-Jun

  • 9 de junio

Convertíos con sinceridad

Que nuestro Señor Jesucristo, que remunera con suma esplendidez, os dé la recompensa de vuestras fatigas. Huid del mal, rechazad los peligros. Nosotros, y todos nuestros hermanos, aunque indignos, pedimos constantemente a Dios Padre, a su Hijo Jesucristo y a la Virgen María que estén siempre a vuestro lado para salvación de vuestras almas y vuestros cuerpos.

Hermanos, os exhorto vehementemente a que os preocupéis con prudencia y diligencia de la salvación de vuestras almas. La muerte es segura y la vida es breve y se desvanece como el humo. Centrad vuestro pensamiento en la pasión de nuestro Señor Jesucristo, que, por el amor que nos tenía, bajó del cielo para redimirnos; que por nosotros sufrió toda clase de tormentos de alma y cuerpo, y tampoco evitó suplicio alguno. Con ello nos dejó un ejemplo soberano de paciencia y amor. Debemos, pues, tener paciencia en las adversidades.

Deponed toda clase de odio y de enemistades; tened buen cuidado de que no salgan de vuestra boca palabras duras y, si alguna vez salen, no seáis perezosos en pronunciar aquellas palabras que sean el remedio saludable para las heridas que ocasionaron vuestros labios: por tanto, perdonaos mutuamente y olvidad para siempre la injuria que se os ha hecho.

(San Francisco de Paula, Cartas)

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