20 de mayo
La traición al bien común
La crisis económica tiene una dimensión europea y global; pero la crisis no es solo económica, es también ética, espiritual y humana. En la raíz hay una traición al bien común, tanto por parte de los individuos como de los grupos de poder. Así que es necesario quitar centralidad a la ley del beneficio y del rédito y volver a situar en el centro a la persona y el bien común. Y un factor muy importante para la dignidad de la persona es precisamente el trabajo; para que haya una auténtica promoción de la persona hay que garantizar el trabajo. Esta es una tarea que pertenece a la sociedad entera.
La cultura del trabajo, frente a la del asistencialismo, implica educación al trabajo desde jóvenes, acompañamiento en el trabajo, dignidad para cada actividad laboral, compartir el trabajo, eliminación de cualquier trabajo negro.
Que en esta fase, toda la sociedad, en todos sus componentes, realice todo esfuerzo posible para que el trabajo, que es fuente de dignidad, sea preocupación central.
Discurso, 22 de septiembre de 2013