S. Juan Eudes, sacerdote, fundador de los Eudistas
Cada 19 de agosto la Iglesia celebra a San Juan Eudes, sacerdote misionero francés, fundador de la Congregación de Jesús y María -los llamados “eudistas”- y de la Orden de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio.
Es considerado uno de los grandes maestros de la llamada escuela francesa de espiritualidad que se desarrolló durante el siglo XVII. El Papa León XIII lo consideraba el “autor del culto litúrgico del Sagrado Corazón de Jesús y del Santo Corazón de María”.
“La caridad exige que emplee sus grandes dones” (Card. Berulle)
Juan Eudes nació el 14 de noviembre de 1601, en Ri, Normandía (Francia), en el seno de una familia de granjeros. Se educó con los jesuitas en la ciudad portuaria de Caen y a los 21 años se unió al Oratorio de Jesús (Oratorio francés). En su búsqueda personal influyeron dos grandes maestros espirituales: en primer lugar, Pierre de Bérulle, fundador del Oratorio; y, en segundo, el asceta contemplativo Charles de Condren.
Fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1625. Poco después contrajo una enfermedad que lo mantuvo en cama por meses, hasta 1626.
En el transcurso de 1625 se había desatado en Normandía una terrible epidemia de peste y Juan, al año siguiente, ya recuperado, se ofreció para asistir a sus compatriotas. El Cardenal de Bérulle le envió al obispo de Séez con una carta de presentación, en la que decía: “La caridad exige que (Jean) emplee sus grandes dones al servicio de la provincia en la que recibió la vida, la gracia y las órdenes sagradas, y que su diócesis sea la primera en gozar de los frutos que se pueden esperar de su habilidad, bondad, prudencia, energía y vida”.
Misionero en Normandía
Durante los siguientes diez años, Juan se dedicó a la prédica y a las misiones parroquiales, las que empezaban a organizarse en la forma como las conocemos hoy.
San Juan Eudes se distinguió entre los misioneros. En cuanto acababa de predicar, se sentaba a confesar, ya que, según él, “el predicador agita las ramas, pero el confesor es el que caza los pájaros”.
Defensor de la dignidad de la mujer
Juan también fue un auténtico defensor de las mujeres. Dedicó muchos de sus esfuerzos pastorales a acoger a aquellas que habían caído en las garras de la prostitución y que deseaban cambiar de vida, o que simplemente se encontraban en situación de vulnerabilidad extrema.
Durante algún tiempo, el P. Eudes hacía que fueran alojadas en las casas de las familias piadosas, hasta que en 1671 abrió la primera casa albergue. Más adelante, el Eudes recurrió a la ayuda de religiosas (las visitandinas) para fortalecer la atención y recuperación de las mujeres en abandono.
Preocupación por el clero
Después de mucho orar, reflexionar y consultar, San Juan Eudes abandonó la Congregación del Oratorio en 1643. La experiencia le enseñó que el clero necesitaba reformarse antes que los fieles y que la congregación sólo podría conseguir su fin mediante la fundación de seminarios. Entonces el Juan decidió formar una asociación de sacerdotes diocesanos, cuyo fin principal sería la creación de seminarios para formar un clero parroquial mucho más cuidadoso.
La nueva asociación fue fundada el día de la Anunciación de 1643, en Caen, con el nombre de Congregación de Jesús y María. Sus miembros, como los del oratorio, eran sacerdotes diocesanos que no estaban obligados por ningún voto. El distintivo de la congregación era el Corazón de Jesús, en el que estaba incluido místicamente el de María.
En 1650, mientras se hallaba en misión, el P. Eudes recibió la noticia de que el obispo de Bayeux acababa de aprobar la congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio, formada por las religiosas que atendían a las mujeres arrepentidas de Caen. En 1653, San Juan fundó en Lisieux un seminario, al que siguió otro en Rouen en 1659.
Entonces el santo se dirige a Roma a tratar de conseguir la aprobación pontificia para su congregación, pero fracasó. Un año después, una bula de Alejandro VII aprueba la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio.
Maestro de espiritualidad
Al año siguiente, San Juan Eudes publicó un libro titulado “La Devoción al Adorable Corazón de Jesús”. La obra incluía el propio de una misa y un oficio dedicados al Sagrado Corazón de Jesús.
Ya antes, el santo había instituido para su congregación la fiesta del Santísimo Corazón de María, celebrada por primera vez el 31 de agosto de 1670 en la capilla del seminario de Rennes. Pronto la observancia de esta fiesta se extendió a las diócesis cercanas. Aunque San Juan Eudes no fue el primero en propagar la devoción al Sagrado Corazón, fue él “quien introdujo el culto (litúrgico) del Sagrado Corazón de Jesús y del Santo Corazón de María” (Papa León XIII, 1903).
Durante los últimos años de su vida, el P. Eudes escribió su tratado sobre la Virgen: “El Admirable Corazón de la Santísima Madre de Dios”, obra que concluyó solo un mes antes de morir.
“Muy gustosamente gastaré y me desgastaré” (2 Cor 12, 15)
Su última misión fue la que predicó en Sain-Lo, en 1675, en plena plaza pública, con un frío glacial. La misión duró nueve semanas. El esfuerzo enorme acabó con su salud y a partir de entonces se retiró de la vida activa.
Su muerte se produjo el 19 de agosto de 1680.
San Juan Eudes fue canonizado en 1925 y su fiesta incluida en el calendario de la Iglesia Occidental en 1928.