Padre Pio 26-Feb

26 de febrero


Graben bien en su mente; esculpan fuertemente en sus corazones; y convénzanse de que nadie es bueno «sino sólo Dios»; y que nosotros no tenemos otra cosa que la nada. Vayan meditando continuamente lo que san Pablo escribe a los fieles de Corinto: «¿Qué tienes que no lo hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?». «No que seamos capaces –dice además– de pensar algo por nosotros mismos, como si fuera cosa nuestra; nuestra capacidad nos viene de Dios».

Cuando se sientan tentadas de vanagloria, repitan con san Bernardo: «Ni por ti lo inicié, ni por ti lo dejaré». ¿No comencé mi viaje por los caminos del Señor? Entonces, por ellos quiero seguir; por ellos continuaré mi marcha. Si el enemigo les asalta por la santidad de su vida, que le griten a la cara: mi santidad no es fruto de mi espíritu, sino que es fruto del espíritu de Dios que me santifica. Es un don de Dios; es un talento que me ha prestado mi Esposo para que yo negocie con Él y después le rinda estrecha cuenta de la ganancia obtenida.


(2 de agosto de 1913, al P. Agostino da San Marco in Lamis, Ep. I, 396)

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio