ORACIÓN UNIVERSAL (d. XXIV)

ORACIÓN UNIVERSAL

M: Imploremos, hermanos, la misericordia de Dios y pidámosle que escuche las oraciones de los que hemos puesto nuestra confianza en él:

“PADRE, QUE CARGANDO NUESTRA CRUZ, SIGAMOS A TU HIJO”

  1. Para los obispos, los presbíteros y los diáconos pidamos al Señor una vida santa, tal como corresponde a su ministerio, y el premio abundante de su trabajo. Oremos…
  2. Para los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino de los pueblos pidamos el don de la prudencia y el espíritu de justicia. Oremos…
  3. Para los enfermos e impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesaria a fin de que no se desanimen ante las dificultades y vivan alegres en la esperanza de los bienes eternos. Oremos…
  4. Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhechores pidamos al Señor que nos conserve y aumente los bienes que con tanta generosidad nos ha concedido. Oremos…
  5. Oramos juntos para alcanzar la santidad:

Padre divino, en nombre de Jesucristo, yo te pido que me concedas, la gracia de hacerme santo. No necesito otra gracia; quiero esta, cueste lo que cueste, y la espero de tu bondad firmemente, ya que Jesús mismo me aseguró que Tú me escucharías. Amén

  1. Oramos por las vocaciones sacerdotales y religiosas:

Te pedimos Señor que sigas bendiciendo y enriqueciendo a tu Iglesia con los dones de tus vocaciones, te pedimos que sean muchos los que escuchen tu voz y sigan alegrando a la Iglesia con la generosidad y fidelidad de sus respuestas. Amén.

M:   Dios nuestro, fortaleza de los pobres y auxilio de los que sufren, escucha las oraciones de tu Iglesia y danos el Espíritu Santo, para que, iluminados con su luz, creamos con el corazón y confesemos con las obras que Jesús es el Mesías y vivamos convencidos de que salvaremos nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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