ORACIÓN UNIVERSAL
M: Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que atienda a sus hijos según las necesidades de cada uno de ellos:
“POR CRISTO, PAN DE VIDA, ESCÚCHANOS SEÑOR”
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Roguemos al Señor por quienes, a causa de su enfermedad, porque están al servicio de sus hermanos o por cualquier otro motivo, no han podido venir a celebrar con nosotros este domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de la alegría de esta celebración, no se vean privados nunca del gozo del Señor. Oremos…
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Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta para ellos en premio de vida eterna. Oremos…
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Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y salvos, a sus hogares. Oremos…
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Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de Cristo, nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna. Oremos…
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Oramos juntos para alcanzar la santidad:
Padre divino, en nombre de Jesucristo, yo te pido que me concedas, la gracia de hacerme santo. No necesito otra gracia; quiero esta, cueste lo que cueste, y la espero de tu bondad firmemente, ya que Jesús mismo me aseguró que Tú me escucharías. Amén
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Oramos por las vocaciones sacerdotales y religiosas:
Te pedimos Señor que sigas bendiciendo y enriqueciendo a tu Iglesia con los dones de tus vocaciones, te pedimos que sean muchos los que escuchen tu voz y sigan alegrando a la Iglesia con la generosidad y fidelidad de sus respuestas. Amén.
M: Señor, Dios, que cada domingo nos invitas como comensales y amigos a tu mesa, escucha las oraciones de tu Iglesia y fortalece su fe, para que, con valentía, proclame al mundo la esperanza en la resurrección final y la confianza de participar en el banquete festivo de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.