81. Me alegro contigo, oh Santísima Virgen María, por esa última llaga de un amor incomparable que, traspasando tu corazón, hizo que tu muerte fuera tan hermosa y preciosa que la belleza o la preciosidad de cualquier vida no podrían compararse.
Dios te salve…
Cada día compartimos pensamientos de nuestro fundador
Cada día compartimos pensamientos de nuestro fundador