AMEMOS A MARÍA.  X. Quien ama a María es devoto de san José

X. Quien ama a María es devoto de san José

San José es un Santo extraordinario. Fue elegido por Dios casi como un Ángel visible que cuidara de María, como un servidor sumamente fiel en todos los peligros y problemas de su vida diaria; más aún como verdadero esposo de Ella que era la Esposa del Espíritu Santo, Reina de los Ángeles y de los Santos.

Él mereció ser designado para ser como padre de Jesús, el Hijo de María. Tuvo ya en la tierra casi como una vida celestial gozando de la compañía de la Virgen bendita y del divino Salvador. Tuvo la muerte más envidiable, asistido y reconfortado por ellos, o sea teniendo a un lado a Jesús y al otro lado a María, que se esmeraban en las más cariñosas atenciones y le dirigían palabras y miradas de Cielo. ¡Qué gran santo es San José! Alguien podría decir, ¿Cuánto lo amó María? ¿Y podría un verdadero devoto de María no tener una especial devoción a San José? No es posible. De hecho San José es el Santo más querido por las almas piadosas; y todos los devotos de María le tienen particular devoción, reconociendo que innumerables gracias derivan de esa devoción en su vida, esperando otras muy particulares en el momento de su muerte. Tratemos pues de ser devotos de San José, celebrando sus fiestas, acudiendo a Él orando a diario a Él.

Será otro argumento para decir que AMAMOS A MARÍA.

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