Alianza de paz
Tú, Señor, perdona mis pecados y borra todas mis maldades.
Enséñame a hacer tu voluntad.
Dame un espíritu bueno,
ponme junto a ti.
No permitas que me separe de ti.
Cuídame como la pupila de tus ojos.
Sin ti, polvo y ceniza como soy,
no puedo hacer nada.
Yo en tu nombre, confiando en tu gracia,
propongo no reservarme nada para mí,
sino el perfecto cumplimiento de tu ley,
abrazado a tu Santa Cruz.
Por eso nada te pido para mi,
ni los bienes, ni la vida, ni la muerte.
De esta manera que haya concordancia entre tu voluntad y la mía.
En mí y en todos esté presente tu misericordia,
ahora y por la eternidad.
Amén