27 de junio
La Iglesia somos todos
En los primeros siglos de la Iglesia, era una realidad bien clara: la Iglesia, mientras es madre de los cristianos, mientras «hace» a los cristianos, está también «formada» por ellos. La Iglesia no es algo distinto a nosotros mismos, sino que se ha de mirar como la totalidad de los creyentes, como el «nosotros» de los cristianos: yo, tú, todos nosotros somos parte de la Iglesia. San Jerónimo escribía: «La Iglesia de Cristo no es otra cosa sino las almas de quienes creen en Cristo» (Tract. Ps 86: pl 26, 1084). Entonces, la maternidad de la Iglesia la vivimos todos, pastores y fieles. A veces escucho: «Yo creo en Dios pero no en la Iglesia… Escuché que la Iglesia dice… los sacerdotes dicen…». Una cosa son los sacerdotes, pero la Iglesia no está formada solo por los sacerdotes, la Iglesia somos todos. Y si tú dices que crees en Dios y no crees en la Iglesia, estás diciendo que no crees en ti mismo; y esto es una contradicción. La Iglesia somos todos: desde el niño bautizado recientemente hasta los obispos, el Papa; todos somos Iglesia y todos somos iguales a los ojos de Dios.
Audiencia, 11 de septiembre de 2013