Padre Pio 13-Jun

13 de junio

Hija m铆a, no seas condescendiente contigo misma: las madres tiernas echan a perder a sus hijos. No seas f谩cil para lamentarte y para llorar. No te maravilles de esas dificultades y violencias, que con tanto sufrimiento manifiestas; no, hijita, no te maravilles; Dios las permite para hacerte humilde con la verdadera humildad, abyecta y vil a tus ojos. En esto no se debe combatir de otro modo que no sea deseando a Dios, haciendo que el esp铆ritu vaya pasando de las criaturas al Creador, y con continuos anhelos de la sant铆sima humildad y simplicidad de coraz贸n.

c) S茅 buena con el pr贸jimo y no te dejes llevar por los impulsos de c贸lera; en esos momentos repite con mucha frecuencia estas palabras del Maestro: 芦Yo amo a estos pr贸jimos, Padre eterno, porque T煤 los amas禄, y t煤 me los has dado por hermanos, y quieres que, como t煤 los amas, as铆 los ame yo. Y ama m谩s todav铆a a estas ni帽as, tus disc铆pulas, con las cuales la mano misma de la providencia divina te ha acompa帽ado y unido con una uni贸n celestial. Y no te extra帽es ante los arrebatos de impaciencia que acostumbras tener, porque en ellos no habr谩 culpa m谩s que cuando procedan de una voluntad consciente, es decir, con una advertencia que no se esfuerza por dominarlos. Soporta a esas pobres ni帽as, acar铆cialas, tenlas en tu coraz贸n, mi querid铆sima hijita, como yo te tengo en el m铆o, cultivando un grand铆simo y particular铆simo deseo de tu perfeccionamiento espiritual, porque el mismo Dios me ha obligado a todo esto.

(11 de junio de 1918, a Erminia Gargani, Ep. III, 735)

Desplazamiento al inicio