Padre Pio 08-Jun

8 de junio

Estoy perdido, s铆, perdido en lo desconocido. Estoy privado de todo. Pero estoy decidido, aunque no encuentro consuelo, a seguir s贸lo la voz de quien hace las veces de Dios. Tengo hambre, padre m铆o, del retorno de mi Dios a mi alma; d茅melo, satisf谩game de 脡l, mi vida y mi todo. Las condiciones actuales de mi esp铆ritu no presentan otra realidad que una ruina completa, unas luces siniestras, que no sirven m谩s que para descubrir la podredumbre y atormentar a la v铆ctima, presa de su desconocido destino. 隆Dios m铆o!, es necesario, padre m铆o, este grito; s贸lo me queda esto en tanto penar. Ya no entiendo nada; mucho me temo estar abandonado para siempre a m铆 mismo; y, ante este temor, me aferro o me arriesgo a aferrarme a la obediencia, que, sin saber c贸mo, tambi茅n me parece que se aleja de m铆.

Termino, porque la intensidad del dolor que me oprime priva a mi mente de la necesaria lucidez.

Bend铆game siempre y yo, a cambio, no desistir茅 de inmolarme siempre por usted a ese Dios que he perdido.

(4 de junio de 1918, al P. Benedetto da San Marco in Lamis,聽Ep. I,聽1026)

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