365 Con los Santos 14-May

  • 14 de mayo

La unidad, lenguaje universal

Hablaron en todas las lenguas. Así quiso Dios dar a entender la presencia del Espíritu Santo: haciendo que hablara en todas las lenguas quien lo hubiese recibido. Debemos pensar, queridos hermanos, que este es el Espíritu Santo por cuyo medio se difunde la caridad en nuestros corazones.

La caridad había de reunir a la Iglesia de Dios en todo el orbe de la tierra. Por eso, así como entonces un solo hombre, habiendo recibido el Espíritu Santo, podía hablar en todas las lenguas, así también ahora es la unidad misma de la Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, la que habla en todos los idiomas.

Por tanto, si alguien dijera a uno de vosotros: «Si has recibido el Espíritu Santo, ¿por qué no hablas en todos los idiomas?», deberás responderle: «Es cierto que hablo todos los idiomas, porque estoy en el cuerpo de Cristo, es decir, en la Iglesia, que los habla todos. ¿Pues qué otra cosa quiso dar a entender Dios por medio de la presencia del Espíritu Santo, si no que su Iglesia hablaría en todas las lenguas?».

Se ha cumplido así lo prometido por el Señor: Nadie echa vino nuevo en odres viejos. A vino nuevo, odres nuevos, y así se conservan ambos.

Con razón, pues, empezaron algunos a decir cuando oían hablar en todas las lenguas: Están bebidos. Se habían convertido ya en odres nuevos, renovados por la gracia de la santidad. De este modo, ebrios del nuevo vino del Espíritu Santo, podrían hablar fervientemente en todos los idiomas, y anunciar de antemano, con aquel maravilloso milagro, la propagación de la Iglesia católica por todos los pueblos y lenguas.

(De los sermones de un autor africano del siglo VI, 8)

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