ORACIÓN UNIVERSAL DOMINGO III DE PASCUA

M: Queridos hermanos, oremos con fe al Padre que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos, vida y resurrección de todos los hombres, y que nos ha resucitado a todos nosotros juntamente con Él:

“POR CRISTO RESUCITADO, ESCÚCHANOS SEÑOR

  1. Padre bueno, te pedimos por la Iglesia y el Papa Francisco, para que todos los hombres reconozcamos, en su palabra, el anuncio gozoso y liberador del Evangelio: Jesucristo muerto y resucitado que se entrega por nosotros, oremos…
  2. Padre todopoderoso, te pedimos por nuestros Obispos y nuestros sacerdotes, para que sean siempre fieles transmisores de la fe, desde su experiencia personal de fe en Cristo resucitado, oremos, oremos…
  3. Señor de la historia, te pedimos por los gobernantes y políticos de nuestra patria, para que tomen conciencia que la vida es un don de Dios, y por ello no puede la sociedad, el estado o el individuo disponer de ella, y que el legislar a favor del aborto es legislar en contra de la ley de Dios, oremos…
  4. Padre misericordioso, te pedimos por todos los que sufren, en su cuerpo o en su espíritu, los que están tristes, los que carecen de lo fundamental, para que un hecho tan trascendente como la resurrección devuelva a sus almas la confianza de que para Dios no hay imposibles y renazca en ellos la esperanza, oremos…
  5. Padre y Señor de la vida, te pedimos por todas las familias de nuestra comunidad, para que siendo verdaderas evangelizadoras de la resurrección de tu Hijo, y saliendo al mundo, llenas de alegría, lleven este mensaje a las que aún no lo conocen, oremos…
  6. Oramos juntos para alcanzar la santidad:

Padre divino, en nombre de Jesucristo, yo te pido que me concedas, la gracia de hacerme santo. No necesito otra gracia; quiero esta, cueste lo que cueste, y la espero de tu bondad firmemente, ya que Jesús mismo me aseguró que Tú me escucharías. Amén

  1. Oramos por las vocaciones sacerdotales y religiosas:

Te pedimos Señor que sigas bendiciendo y enriqueciendo a tu Iglesia con los dones de tus vocaciones, te pedimos que sean muchos los que escuchen tu voz y sigan alegrando a la Iglesia con la generosidad y fidelidad de sus respuestas. Amén.

M: Dios y Padre nuestro, tú que has llenado el mundo de regocijo por la resurrección de tu Hijo, y le has dado la alegría de haber recobrado la dignidad de la adopción filial, concédenos vivir unidos a su amor para alcanzar con Él la gloria. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.

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