5 de junio
No desvirtuar la política
La persona del político. Uno más de la ciudadanía que tiene la responsabilidad de no desvirtuar la política y, en ese sentido, hoy más que nunca se nos pide el compromiso de rehabilitar la política. Porque a la hora de bajar cabezas se tira contra un político y eso se universaliza a la política, y la política es una de las formas más altas de la caridad, porque apunta al bien común. La vocación política es una vocación –aquí tuerzo la palabra, la tuerzo pero para indicar lo noble–, una vocación casi sagrada, porque es ayudar al crecimiento del bien común.
Homilía, 30 de junio de 2001